Programación del aula.
La introducción real de modelos competenciales en el aula supone un cambio
en el modelo de la concepción de escuela. No es posible afrontar este cambio sin variar los tres pilares de nuestra organización académica: programación,
metodología y evaluación.
La primera dificultad que nos encontramos en nuestras escuelas es el escepticismo con el que el profesorado recibe cualquier cambio legislativo en
materia de educación. Las primeras preguntas que se plantean son: ¿esto es
lo mismo con otro nombre?, ¿hasta cuándo van a durar?
La concatenación de
sucesivas leyes orgánicas educativas ha provocado cierto desánimo en quienes
tienen que desarrollarlas y hacerlas suyas.
Pero afortunadamente nuestro profesorado es consciente de la necesidad de un
cambio radical en la escuela, algunos porque han visto otras realidades y sueñan
una nueva escuela, otros porque son conscientes de que seguir haciendo más de
lo mismo producirá indefectiblemente los mismos resultados, y no están satisfechos con lo que ven día a día. Aunque, por supuesto, siempre encontraremos a un
grupo más o menos resistente a cualquier cambio.
Y curiosamente, esta situación
ha dado una oportunidad real a las competencias. Muchos centros educativos
descubren en este modelo la posibilidad de generar un proceso de innovación más
profundo, rediseñando la concepción sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje.