Rúbricas de evaluación.
Una rúbrica o matriz de evaluación es una herramienta con forma de tabla de
doble entrada, donde se describen los criterios y niveles de calidad de cierta
tarea, objetivo, competencia. Normalmente se utilizan en situaciones de complejidad alta. Se pueden utilizar para la autoevaluación del alumno, la coevaluación entre iguales o la heteroevaluación, esto es, el profesor evalúa a sus
alumnos. En todos los casos es interesante que los alumnos conozcan la rúbrica
antes de iniciar la tarea para poder guiar mediante ella su proceso de aprendizaje. Es una herramienta objetiva, donde se delimita con detalle cada grado, y
permite al alumno conocer qué se espera de él y en qué grado.
Si se utiliza a lo largo del proceso permite al alumno tomar el pulso a su evolución sobre los criterios establecidos e identificar con claridad qué debe hacer
para mejorar su trabajo y aprendizaje.
En nuestro caso se han elaborado cuatro
rúbricas para evaluar el grado de desarrollo de la competencia de aprender a
emprender. Cada una de ellas corresponde a un indicador de la competencia:
autonomía, liderazgo, innovación y desarrollo de proyectos empresariales. El
formato para las cuatro es idéntico, la columna de la izquierda presenta, a modo
de pregunta, el aspecto competencial a valorar. Se rompe el grado de desarrollo
del mismo en cuatro niveles, con un detalle preciso de cada uno de ellos. El
nivel más elevado es el 4, sería lo deseable a alcanzar al final del proceso de
aprendizaje, el 1 representa lo que no debería ocurrir en ningún alumno.
Una buena rúbrica supone que al comienzo de la actividad, tarea, proyecto...,
para la que se emplea, no hay ningún alumno con nivel 4 en todos los ítems, pues
todo el mundo debe tener oportunidad de mejorar; y al finalizar, no queda ningún
alumno con un número de ítems elevados en el nivel 1, así se ha conseguido que
todos los alumnos avancen. Describimos a continuación la finalidad de cada una
de ellas en cuanto a su contenido.