Continuidad de los programas.
Las iniciativas esporádicas en los centros educativos, muchas veces provenientes de instituciones y empresas locales tienen una función motivadora y
casi iniciática. Pero para estimular la competencia de aprender a emprender
y lograr que esas prácticas se consoliden en los procesos educativos, es preferible que tengan una clara continuidad.
En el caso de las experiencias esporádicas, que formen parte y se aprovechen para trabajarlas en las unidades
curriculares previas y posteriores de las materias afines. En el caso de que
sean organizadas en los centros, es recomendable que los programas cuenten
con el tiempo necesario para crecer, y se repitan a lo largo de los cursos, ganando en calidad y eficacia, y desarrollando gradualmente sus objetivos de
aprendizaje.
En todas las escuelas hay profesores excepcionales y capaces de conducir
iniciativas realmente admirables y creativas para estimular el espÃritu emprendedor. Pero los esfuerzos individuales tienen un impacto muy reducido
y poco duradero en el desarrollo de los alumnos, cada vez sometidos a procesos de socialización más complejos y alejados del control de los adultos.
Hoy es necesario contar con la creación de equipos de docentes que aporten
su experiencia y sus recursos, aúnen los esfuerzos, generen experiencias de
aprendizaje intensas y sofisticadas y se ayuden mutuamente para realizar su
tarea educadora. Es importante crear redes de trabajo internas en la escuela
y generar sinergias con todas las iniciativas que ya existen dentro y fuera,
para ganar en efectividad y calidad educativa.
Estas redes deben aprovechar
también los recursos y apoyos de instituciones, empresas y ONG existentes
en los contextos más próximos al centro, y también aquellas más lejanas
dedicadas a este fin.
![Equipo, Humanos, Negocios, Empresario](https://cdn.pixabay.com/photo/2017/11/16/10/32/team-2954004__340.jpg)