Desarrollo de la autonomía personal.
La toma de conciencia de las propias capacidades y limitaciones, y la construcción de una autoestima positiva que posibilite el desarrollo como persona son
la base para la motivación de logro y responsabilidad que exige el aprendizaje
autónomo, punto indiscutible de esta competencia.
La autoestima es clave para el desarrollo humano.
La persona necesita ser
valorada por las personas significativas, para crecer con confianza en los otros,
sentirse valiosa y a gusto consigo misma, antes de aprender a sentirse capaz de
llevar a cabo trabajos y proyectos. Sin autoestima no confiamos en nosotros,
ni en los demás, lo que limita seriamente nuestra habilidad para aprender, trabajar y relacionarnos.
Algunas investigaciones han relacionado la autoestima con las expectativas de éxito, ya que las personas dotadas de una alta autoestima se consideran
poseedoras de la capacidad necesaria para tener éxito en el trabajo y tienden a
aceptar mayores riesgos.
La infancia es la etapa principal en la que se ha de comenzar a transitar
e incidir en el desarrollo de este indicador.
Ya que los niños al crecer están
construyendo el concepto de sí mismos. Van formándose una idea de quién son, si gustan o no, si son aceptados o no. Irán creándose unas expectativas
acerca de sus posibilidades. Se encontrarán bien consigo mismo o por el contrario a disgusto con lo que hacen. Se crearán un clima, un tono emocional,
una predisposición a disfrutar con los retos de la vida; o a padecer, a lamentarse, a ver lo negativo.
Disfrutar, retarse, contemplar la vida desde una perspectiva positiva, de trabajo, con curiosidad, con facilidad para la empatía, con
aliciente, desde un punto de vista creativo, intentando superar los problemas.
Durante toda la infancia es cuando se va moldeando el concepto de uno mismo, la emoción y los sentimientos hacia su propia persona y estamos creando
unas bases para la visión que tienen sobre sí mismos y que serán duraderas
en el tiempo.