Conceptos e ideas.
En la fase conceptual y de ideas, los creadores de startups capturan su pasión y visión de un
negocio, a veces en una simple servilleta, y las convierten en una serie de ideas clave que a
su vez se transforman en el esbozo del plan de negocio.
A continuación, se definen las cuestiones relacionadas con el producto.
− ¿Cuál es el concepto del producto o servicio?
− ¿Cuáles son las características y los beneficios del producto?
− ¿Se puede construir?
− ¿Se necesita más investigación de carácter técnico?
− ¿Quiénes serán los clientes y dónde se les puede encontrar?
− La estadística y los análisis de mercado y unas pocas entrevistas a los clientes
impulsan el plan de validación y de negocios.
Al plan de negocio se incorporan entonces el tamaño del mercado, las secciones sobre
competencia y finanzas, con un apéndice que contiene hojas Excel con las previsiones de
ingresos y gastos. Escritura creativa, pasión y suelas de zapato se combinan en la fase de
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conceptos e ideas con la esperanza de convencer a un inversor para financiar la empresa o la
nueva división.
Desarrollo de productos
En la segunda etapa, desarrollo de productos, todo el mundo deja de hablar y empieza a
trabajar. Cada departamento se va a su rincón de pensar porque la empresa comienza a
especializarse por funciones. Marketing afina el tamaño del mercado definido en el plan de
negocio y comienza a apuntar a los clientes seleccionados en primer lugar. En una startup
bien organizada (una con inclinación hacia los procesos)