sábado, 18 de abril de 2020

Las pruebas

Las pruebas.

Pensar que las pruebas de las hipótesis tienen que hacerse con código real, hardware terminado o un producto de verdad. Para aprender algo importante, no obstante, la mayoría de las veces se puede crear un esbozo (mock up) de la página web, o una demo, o un prototipo físico. Pero tampoco las pruebas deben suponer grandes inversiones en dinero o en tiempo. Cuando, por ejemplo, cuatro de los primeros diez clientes «te lo quitan de las manos», se puede detener la prueba y decir que ha sido un éxito. El objetivo es ser rápido, aprender y buscar un máximo global (y no un máximo local). 

¿Qué es un máximo global? Supongamos que se lanza una oferta de prueba gratuita durante tres días de un nuevo sitio web para reservar escapadas de fin de semana y se registran cincuenta, luego sesenta y luego ochenta personas en los tres primeros días. Se podría decir: «¡Eh!, ochenta, esto es genial» y dar por finalizada la prueba. Pero el cuarto día puede que al sol le dé por salir o algo parecido. Si se hubiese continuado la prueba sólo dos días más, es posible que se hubiera descubierto el «máximo global», es decir, quinientas suscripciones diarias. 

Sólo la experiencia y unos buenos supuestos pueden decir cuánto tiempo debe realizarse una prueba y, aunque cuanto más corta mejor, es importante dar la oportunidad de alcanzar el máximo global. 

El conocimiento El objetivo de estos experimentos/pruebas no es sólo recoger datos de los clientes. Tampoco se trata de conseguir «confirmaciones» en los experimentos pass/fail. Y no se trata sólo de aprender algo, aunque esperamos que se consiga. Se trata de algo más profundo, intangible y que hace que crear un negocio (emprender) sea todavía un arte. 

Es el hecho de mirar más allá de los datos, de buscar conocimiento. ¿No han hecho caso a las llamadas una y otra vez, pero en una alguien dijo: «Es una pena que no vendan X porque utilizamos un montón de eso»? 


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